En cualquier aspecto de nuestra vida siempre aparecen estas dos incógnitas cuya respuesta o justificación depende del verdadero entendimiento de la situación a solucionar o enfrentar. El “Qué” tiene una relación directa con dos momentos para la resolución de problemas.
Digamos que en un extremo se encuentra la identificación del problema y, en el otro, totalmente opuesto, se encuentra el resultado deseado o esperado. Por su parte, el “Cómo” obedece a las acciones que se deben realizar para transitar de un extremo a otro del "Qué" (identificación hacia solución).
Sencillo, ¿cierto?. Pareciera que no es así. Esta puede resultar la encrucijada más complicada de resolver por el ser humano. Durante este periodo de crisis, el problema está identificado, la solución, igualmente, se tiene clara. La gran discusión está en las acciones.
A últimas fechas se han expresado diversas voces para proponer “Comos”, todas muy valiosas y, hasta cierto punto, con razón. Por otro lado, el Gobierno de México ha expuesto sus “Comos”. No analizaré la profundidad ni unos ni otros, pero es evidente que no existen puntos de intersección entre los “Comos”. Este es el gran riesgo desde mi punto de vista. No hay duda de que esta crisis pasará. En unos meses (esperemos los menos posibles) estaremos viendo este momento como el qué marcó nuestra realidad.
Todos habremos perdido algo. De eso no tengo duda (esperemos lo menos). Se hará el recuento de daños y se empezarán a ejecutar planes para encaminar la recuperación y volver, en la medida de lo posible, a la “normalidad”. Es decir, se planteará un nuevo “Qué” y “Cómo”.
Entonces ¿a qué se debe la falta de intersección en los “Comos”? Mi respuesta: a la intencionalidad de éstos y al tiempo. Es decir, al “¿para qué?”. La respuesta a esta pregunta, en mi opinión, depende de cada individuo o grupo al que se representa. Depende de lo que se quiera ganar en el camino y en qué momento. Pero, esto sería válido en momentos “normales” o, por decirlo de otra forma, en momentos de ausencia de una pandemia de la magnitud que se vive actualmente.
Hoy, el contestar al “¿para qué?” como si se estuviera en condiciones “normales” lleva a un distanciamiento en los “Comos”. Hoy, más que nunca, debe existir un diálogo abierto, honesto y propositivo en servicio de todos los que formamos este país. Se trata de reducir al máximo los impactos de la pandemia: a) salvar vidas y b) preservar el bienestar de las personas -trabajo, ingresos, seguridad-; así, en mi opinión, debe ser el orden.
Se trata de ver por todos. Se trata de que todos ganemos aun, lamentablemente, perdiendo algo en el camino. Continuar la división profundizará las grietas y será difícil la reconstrucción.
Mi respuesta al “¿para qué?” sería: para tener el México que queremos. El que llevamos décadas anhelando y hemos dejado a la suerte.
Es hora de plantear los “Cómos” comunes. La oportunidad está sobre la mesa.
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